27/4/08

INTERMEDIO



congelo la imagen.
el mundo se para.
necesito un descanso.
una escapada al lavabo.
una carga de provisiones de la cocina.
una salida a la terraza.

me pasan cosas que no se como contar aquí y eso es una novedad para mi.
lo privado de mi vida toma cada vez mayor cuerpo.
el respeto se extiende más allá del anonimato de mis historias.
la intimidad va más allá de obviar los nombres.
las fechas.
los lugares.
los gestos.

sé que puedo escrbir de otras cosas, pero es que ahora no quiero.
mi creatividad está intacta.
pero hay algo en mi que no.

la energia que se mueve entre yo y tu y tu y tu, quiero que quede entre tu y tu y tu y yo.

pongo pausa.
por ahora.

¿dónde está mi cuerpo?
¿dónde está mi mente?
¿dónde mi corazón?


a este post lo acompañó where is my mind? de yoav

16/4/08

MAÑANA SE ACABA EL MUNDO



la premisa que nos dieron era aparentemente sencilla: formula una pregunta. referente a ti o a alguien más, pero que movilize tus energías. una pregunta que te haya robado instantes de atención, que te haya asaltado de noche, antes de acostarte, y se haya reflejado de nuevo en la superficie esmerilada del te de la mañana. una pregunta para la que de verdad quieras una respuesta. y luego, cuando la tengas, formúlala al universo.

mi pregunta fue ¿qué hago contigo?

con esa consigna y esa pregunta me paseé durante una hora por la ciudad, dejando que mis pies me guiaran, que los estímulos que me llegaran de fuera me invadiesen por unos instantes para diluirse de nuevo en el telón de fondo. voces, olores, manchas de color, borrones. todo se iría manifestando a mi alrededor y sentiría qué parte de toda esa información apelaba a la respuesta que estaba buscando. no debía dejar de concentrarme, de repetirme una y otra vez la pregunta, como el destino que se introduce en un gps, como el perro lazarillo de un ciego.

oí a gente hablar de la belleza de la catedral en italiano. noté la fría piedra de la paredes rozarme la punta de los dedos por calles estrechas. olí varitas de incienso litúrgico consumiéndose cerca del puente de hierro. escuché el chapoteo maníaco de las carpas en el agua. sentí los rayos de sol en mi nuca. percibí el olor a pan caliente acabado de hornear y del chocolate casero despréndiendose de alguna ventana. oí a padres hablar animadamente sobre la gestación de su futuro bebé. noté el temblor de tierra mientras el tren pasaba por encima de mi cabeza. olí la herrumbre acumulada en los márgenes fangosos del río.

y de repente levanté la vista. me encontré frente a mi antigua facultad, ahora en ruinas, a la espera de su completa remodelación. en uno de sus muros laterales ví unas letras pintadas en color negro, un graffiti apresurado, cuando supe con toda certeza que había encontrado la respuesta a mi pregunta. el mundo se acaba mañana. por si no fuera suficiente, en ese mismo momento, un par de gatos en celo surgieron de entre la maleza persiguiéndose el uno al otro. no pude hacer más que sonreir, inmensamente agradecido.

ahora, voy a ponerlo en práctica.

a este post le acompañó so here we are de bloc party.

3/4/08

LA DISTANCIA DEFINITIVA



recuerdo el día en que hicimos la famosa lista. era un viernes a la una del mediodía, tumbados en el suelo. tu llevabas días proclamando que te vendías, que vendías partes tuyas, tus servicios. decías que todo tenía una precio, que no había nada que no pudiera comprarse. y te propuse que estipularas la relación de precios, las tarifas. ¿cuanto costaba un gramo? ¿cuanto costaban tres pastillas verdes? ¿qué precio por robar algo? ¿una bici, una moto, un coche, un bolso o una play station? ¿y qué me dices de tu cuerpo? ¿cuanto por una noche, por una mamada? ¿y por un beso? decías que no importaba nada, que no había reparos, que todo era válido para llegar a tu soñada hamaca entre palmeras en una isla privada y yo te preguntaba en qué estado querías llegar a ella. me tachabas de idealista. yo sabía por dentro que era simple preocupación por ti.

vino el dia en que te dije que me importabas. y cogiste un cabreo de la hostia, porqué a mi me creías, porqué sabías que yo era transparente y abierto contigo. te ergusite de golpe y empezaste a dar vueltas por la sala mascullando joderjoderjoder y que al decirte eso sentías que te ponía una carga encima. te dije que mi intención no era joderte, que mi estima no te comprometía a nada, que te conocí así y que así te aceptaba. que por supuesto hubiera preferido que tu vida fuera distinta pero que eso servía de poco, y que no podías hacer más que reconciliarte con quién eras y con qué habías elegido hacer. me dijiste que consumías, que te metías de todo, que las dosis iban en aumento. no lo decías feliz. supuse que quisiste herirme.

cuando dejaste de estar cabreado, media hora después, me diste las gracias por quererte, con la voz bajita, casi apagada por el avión que entonces pasaba por el marco de la ventana. al despedirnos te dije que había estado pensando en tu lista y que me había dado cuenta que tu no vendías sino que comprabas, que comprabas el respeto de las personas a quienes pasabas sobrecitos y dosis. que comprabas la atención de los clientes a quienes mordías, embestías, lámías o consentías que te penetraran. que comprabas la aprobación de aquellos para quienes robabas o hacías trueques. y que respeto, atención y aprobación, todas esas cosas que recibías junto con billetes arrugados, era muestras de un amor pluscuamperfecto, un amor al que no te atrevías a llamar tal cual por no querer admitir que eso era lo que en el fondo necesitabas. me miraste a los ojos, ardiendo, y escupiste que tenías quinientos numeros en el teléfono movil y nadie con quien hablar de verdad.

viniste a despedirte poco después. me dijiste que en parte tu marcha se debía a esa chica de quien me habías hablado. vi una foto suya asomando del bolsillo de tu pantalón y pensé que sería dificil olvidarla si llevabas una foto de ella tan cerca de la piel, pero luego pensé que no te hacía falta una foto para acordarte, que ya la llevabas en cada célula y en cada gen. me abrazaste y me susurraste al oído gracias una y otra vez por no juzgarte, por limitarme a hacerte más responsable de tu estilo de vida. te dije que te quería y, apoyando tu frente en mi pecho, asumiste que tu también. respiramos así, uno en el límite del otro durante el rato que necesitamos para entender que te ibas de verdad.

no supe nada de ti durante tiempo. pensaba en nuestras conversaciones de tanto en cuanto, seguro de que salías adelante gracias a tu energía, pero preocupado también por la parte de ésta que no sabías encauzar. la distancia se hizo evidente, e igual de evidente se hizo todo lo que había aprendido contigo durante dos años y medio, cada semana.

ayer, casi un año después, me avisaron que habías llamado a mi antiguo trabajo y que habías dejado tu nuevo movil, que querías hablar conmigo. así que te llamé. durante los cinco o seis segundos que tardaste en contestar no supe como ponerme. me senté. me incorporé. luego volví a echarme para atrás y volví a la posición original. y respondiste. tu voz seguía igual. me reconociste de inmediato. y me alegré tanto que incluso cuando me empezaste a explicar como se habían torcido las cosas no podía dejar de estar feliz por oirte. hasta que tu relato me abofeteó de lleno en la cara y tus palabras cobraron forma: tu búsqueda de la hamaca soñada se truncó a escasos centímetros de la isla. tuviste que escapar para protegerte, tu vacío se hizo más visible con lo que te enganchaste más aún a tu consumo, te llevaste heridas de arma blanca por el trayecto y una enfermedad igual de hiriente.

y luego, cuando el abofeteo cesó y pude empezar a sentir el escozor en la cara me dijiste lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo. me dijiste: ¿sabes de qué me he dado cuenta? que tú eres mi droga favorita. que hablar contigo era lo único que me hacía sentir bien de verdad, que no me generaba ni tolerancia ni malos rollos, que me dejaba saciado y me permitía funcionar muchísimo tiempo de forma autónoma.

tomé aire y me mordí los nudillos, mientras me corrían varias lágrimas por la mejilla. me dijiste que tu vida empezaba de nuevo y que te habías acordado mucho de mí, que saldrías adelante aún no sabías como y no tuve la menor duda al respeto. te dije que me llamaras cuando lo necesitaras y sé que lo harás cuando de verdad necesites tu dosis de mí. solo espero que cada vez me necesites menos. la distancia definitiva significará que por fin te habrás dado cuenta de lo tremendamente valioso que eres.

a este post lo acompañó how's it going to be de third eye blind